Con frecuencia los padres que se embarcan en la aventura de educar a sus hijos tienen temor de hacerlo por diferentes razones. Pero una de ellas y de la cual quiero escribir hoy es: ¿qué le enseño?

Mucho se ha escrito acerca de las inteligencias múltiples, acerca de los hemisferios cerebrales (que ahora después de 30 años de investigación, la doctora y neuróloga Caroline Leaf dice que no es cierto, que con la mente podemos manejar nuestro cerebro e incluso decirle al lógico matemático que sea creativo), de las formas de aprendizaje y bueno, ese es el tema para otro blog.

Hoy quiero compartirte acerca de la asignatura más importante, que personalmente creo que necesitamos enseñar a nuestro hijos: comprensión lecto-escritora y oratoria. Después de veinte años de enseñar inglés, español, sociales, zumba, matemáticas, religión entre otras cosas, he visto que siempre, al menos entre los adultos, el problema ha sido falta de entendimiento de lo que leían y dificultad en poner sus ideas organizadamente en un párrafo.

Tanto en los Estados Unidos, como en Canadá y ahora en Colombia he visto que cuando las personas no tuvieron buena comprensión lectora cuando estuvieron en el colegio, no son capaces ni de observar críticamente un texto, de interpretarlo y mucho menos aplicarlo. Y esto sucede con cualquier asignatura.

Por ejemplo, si tenemos un problema matemático en la vida, como querer laminar una cocina, debemos saber medir y tener conocimientos básicos de geometría para poder comprar los materiales sin que nos sobre o nos quede faltando. Sin embargo, una y otra vez, veo gente embalada haciendo cálculos y comprando más material del que necesita. Esto sucede porque no sabemos “saborear” el texto, no hacemos observaciones inteligentes y al momento de interpretarlo (comprar los materiales) como no hemos hecho una buena observación, nos equivocamos.

Entonces, lo mejor que nosotros, como padres, podemos hacer por nuestros hijos es enseñarles a leer y a escribir. No solo leer sino que entiendan lo que están leyendo, haciéndoles preguntas, cuestionando los personajes, jugando con las posibilidades de un comienzo o un final diferente. Así, ellos van a formar un pensamiento crítico que les va a servir toda la vida y en cualquier carrera que escojan, sea ingeniería, comercio, política, música, arte o danza.

Igualmente, a escribir de manera ordenada. Sabiendo cuál debe ser el principio y el final. A entender cómo desarrollar una idea con subideas, introducción y conclusión. Y después, a que eso que ya han investigado y escrito, lo sepan comunicar de manera efectiva, persuasiva y contundente.

Si logramos este único objetivo, hemos alcanzado el éxito como padres homeschoolers.