Enseñar inteligencia financiera es lo mejor que le podemos dar a nuestros hijos en términos académicos.

La escuela tradicional los sienta por 12 años en un colegio y luego por 5 años en una universidad para que salgan profesionales, consigan un trabajo y ganen dinero.

Pero lo que ninguna institución hace es prepararlos para ese momento cuando reciban su primer cheque. Nadie les enseña qué hacer con ese primer millón de pesos!

Entonces, ¿qué enseñar?

A mí me preguntan, ¿qué les enseñas a tus hijos?. En general, viene a mi mente cualquier cantidad de saberes, competencias y habilidades.

Primero, Comprensión lectora, básico para entender cualquier texto y cualquier disciplina.

Segundo, lógica matemática para demostrar teorías, verificar programas, para sacar conclusiones y para resolver problemas de la vida diaria.

Tercero, a escribir en el computador (typing), porque ahora que estamos en la era digital, debemos ser maestros en manejar un teclado y hacerlo de manera rápida y efectiva.

Igualmente, competencias como la verbalización de los sentimientos, el manejo de la frustración, el diálogo, el respeto por la palabra, y la oratoria, que es la comunicación de las ideas de forma persuasiva y elegante.

  • Habilidades como: bailar, tan importante para desarrollar confianza y coordinación, aparte de ser muy divertido.
  • Cocinar, para que sea autónomo e independiente;
  • hacer aseo y tender una cama que tanto sirve, porque al final del día, así no hayas completado lo que querías hacer, puedes volver en la noche a una cama bien tendida y limpia.

Sin embargo, muchos padres olvidamos un tema demasiado importante en los años de homeschooling. Y es el tema de la inteligencia financiera.

¿Para qué sirve la inteligencia financiera?

Yo estudié Finanzas y Relaciones Internacionales, en la Universidad Externado de Colombia, dos carreras en una y me demoré 6 años haciendo los 10 semestres de finanzas, incontables horas de contabilidad, costos, economía nacional e internacional, análisis financiero, finanzas públicas y corporativas, sistema monetario, manejo financiero, mercados financieros, la práctica en el World Trade Center y un montón de materias que ya no recuerdo.

Estudié todo eso ¿para qué?. En serio, ¿para qué? Desafortunadamente, toda esa teoría no vio la práctica hasta que me casé, tuve hijos y perdimos más de US$120,000 cuando vivimos en los Estados Unidos y los mercados se cayeron en el 2008. Tomamos malas decisiones por falta de inteligencia financiera.

Hoy, el tema de la inteligencia financiera y las finanzas personales ya no se puede ignorar, porque el mundo está cambiando y el dinero físico que vemos no se sabe hasta cuándo va a existir.

Desde el oro y la sal, pasando por las tarjetas de débito, crédito y el papel moneda, para ahora ver dinero virtual en un cajero automático junto con las monedas digitales o criptomonedas.

¿Cómo enseñar inteligencia financiera?

Hoy más que nunca, nuestros niños deben tener inteligencia financiera con la cual aprendan a pensar en términos de abundancia. Y aprendan a:

  • Manejar el dinero sabiamente.
  • Reconocer cuándo es una deuda buena y una deuda mala.
  • Cómo hacerse el mejor amigo del banco y
  • Cómo jugar con el dinero así como los ricos lo hacen.

Donde ellos puedan conocer de primera mano lo que es tener un negocio (como Daniel que hizo su primer negocio a los 13 años, vendiendo helados y Nicolás, que a sus 16 mostraba apartamentos y si los alquilaban o vendían ganaba una comisión).

Los niños necesitan experimentar el manejo de un presupuesto, escribir los gastos y saber cómo invertir sus ganancias.

En Rhema School les enseñamos emprendimiento a los chicos sin descuidar las asignaturas básicas.

En lectura, leemos sobre los emprendedores jóvenes que la han sacado del estadio para que aprendan de otros y vean ejemplos a seguir. Les enseñamos Diseño Gráfico para que puedan diseñar sus propios logos y marcas personales.

En matemáticas, vemos las finanzas de un negocio. Lo que se requiere para comenzar, cómo calcular utilidades y dónde gastarlas o invertirlas. También les enseñamos Fotografía y Video, para que aprendan a tomar lindas fotos de sus productos o hagan videos de sus servicios.

Micaela (13) montó su negocio de cupcakes. Ella misma hace el empaque y estampa su logo. Antonia (10) creó Moda Gaia en el que retoma la ropa que ya no usan sus clientes y le da una nueva vida con toques de diseño de modas. David (6) creó Olori, un café que él mismo muele y empaca y lo vende a familiares y amigos.

Conclusión

¿Qué es lo que tú quieres para tu hijo o hija cuando cumpla 18 años? Tú tomas la decisión en este tiempo donde ellos no la pueden tomar. Sé sabio y rodéate de gente que piense que lo mejor para los hijos es que hagan con pasión lo que están haciendo y sean felices en el proceso.

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